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martes, 21 de abril de 2009

El Evangelio de Jesucristo

Ahora, hermanos, quiero recordarles el evangelio que les prediqué, el mismo que recibieron y en el cual se mantienen firmes.
Mediante este evangelio son salvos, si se aferran a la palabra que les prediqué. De otro modo, habrán creído en vano.
Porque ante todo* les transmití a ustedes lo que yo mismo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras,
Que fue sepultado, que resucitó al tercer día según las Escrituras,

1 Corintios 15; 1-4

¿Que es El Evangelio?, La palabra evangelio significa “buenas nuevas” “mensaje”, y como tal es una traducción correcta de la palabra original griega evangelion. 1 corintios 15; 1-4 nos da la definición bíblica básica del evangelio – la muerte, la sepultura y la resurrección de Jesucristo.
Por supuesto, para que estos hechos históricos tengan un significado hoy, es esencial entender su importancia doctrinal. Solamente predicar los eventos históricos sin explicar su significado no comunica lo que es bueno cerca de las buenas nuevas. El significado es que por estos hechos Cristo compro la salvación y la puso a disposición de todos los que creyeran en El. El murió por nuestros pecados, fue sepultado, y resucito, y por medio de esto gano la victoria sobre el pecado y la muerte y nos dio la potestad de recibir la vida eterna. W. E. Vine define el evangelio en la siguiente manea: “En el nuevo testamento el evangelio denota las buenas nuevas del Reino de Dios y de la salvación por medio de Cristo, la cual ha de ser recibida por la fe sobre la base de Su muerte expiatoria. Su sepultura. Su resurrección, y Su ascensión.
Las buenas nuevas, entonces, son que la muerte, la sepultura, y la resurrección de Jesucristo traen la salvación a todos que responden por fe. Por definición la fe salvadora incluye la apropiación o la aplicación del evangelio en nuestras vidas.
¿Como apropiarnos o aplicarnos el evangelio a nuestras vidas? ¿Como respondemos u obedecemos al evangelio? ¿como nos identificamos personalmente con el evangelio?

¿Acaso no saben ustedes que todos los que fuimos bautizados para unirnos con Cristo Jesús, en realidad fuimos bautizados para participar en su muerte?
Por tanto, mediante el bautismo fuimos sepultados con él en su muerte, a fin de que, así como Cristo resucitó por el poder* del Padre, también nosotros llevemos una vida nueva.
En efecto, si hemos estado unidos con él en su muerte, sin duda también estaremos unidos con él en su resurrección.
Romanos 6; 3-5
El apóstol Pablo explico como una persona realmente se identifica con la muerte, la sepultura, y la resurrección de Cristo.
La muerte
En primer lugar, debemos identificarnos con la muerte de Jesucristo. Tal como Jesucristo fue crucificado en la cruz, así nuestro “viejo hombre” debe ser crucificado y muerto. El “viejo hombre”no es la capacidad de pecar; porque esto permanece con el creyente renacido. Tampoco erradica la naturaleza carnal nuestra experiencia de la muerte con Cristo, porque el cristiano sigue luchando contra su naturaleza carnal (Galatas 5; 15-17).
Lo que es muerto es el dominio y el control que la naturaleza pecaminosa tiene sobre los inconversos “(Romanos 6; 12-14)
Cuando somos salvos, el dominio del pecado y Satanás sobre nosotros es destruido. Puesto que el dominio del pecado sobre nosotros se pierde en nuestra muerte con Cristo, debemos tratar al pecado mismo como so estuviera muerto. El pecado ya no puede mandarnos ni puede dominarnos. Podemos superar las tentaciones e ignorar el poder del pecado. Aunque podemos pecar que si deseamos, no debemos someternos al pecado sino tratarlo como si ya no existiera.
Pablo explico nuestra libertad del poder del pecado a los Romanos cuando les recordó de lo que realmente ocurrió cuando ellos fueron salvos: ¿Que, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia de Dios abunde?. En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿como viviremos aun en El?....
Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con El (Cristo), para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos mas al pecado. Porque el que ha muerto al pecado ha sido justificado del pecado. Así también vosotros consideraos muertos al pecado., pero vivos para Dios en Jesucristo, Señor nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias….
Porque el pecado no se enseñoreara en vosotros” (Romanos 6; 1-2,6-7, 11-12, 14).
Pedro también menciono nuestra identificación con la muerte de Jesucristo. Hablando de Cristo escribió, ‘Quien llevo El mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia (1 Pedro 2; 24)


La sepultura
Luego nos identificamos con la sepultura de Jesucristo. De nuevo, Pablo explico como esto ocurre: ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Jesucristo, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con El para muerte por el bautismo” (Romanos 6; 3-4). Pablo repitió esta verdad que los cristianos son ‘sepultados con El(Cristo) en el bautismo” en colosenses 2;12. Por el bautismo en agua, entonces, nos identificamos con Cristo en el momento en que su cuerpo estaba muerto y sepultado en la tumba.
Puesto que el bautismo es una sumersión total, es verdaderamente una sepultura, puesto que el bautismo se hace en el nombre de Jesús, es verdaderamente una identificación con El. Cuando uno recibe el bautismo en agua, significa que ha muerto al pecado y esta sepultando a aquel pecado. Cuando sale del bautismo, su antiguo estilo de vida y sus pecados pasados quedan sepultados y olvidados para siempre. El bautismo en agua, entonces aplica la sepultura de Cristo a nuestras vidas.


La Resurrección
Pablo también explico como nos identificamos con la resurrección de Cristo: “A fin de que como Cristo resucito de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con El en la semejanza de su muerte, así también seremos en la de su resurrección”( Romanos 6;4-5). Algunos limitarían esto ala futura resurrección corporal y ala vida eterna, pero el enfoque esta en la nueva vida en este mundo presente. Debemos notar que Pablo escribió, “Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Jesucristo Señor nuestro” (Romanos 6; 11).
El Espíritu Santo es el Espíritu de Cristo (Romanos 8; 9), así que cuando recibimos el Espíritu Santo, Cristo literalmente viene a vivir en nosotros. El Espíritu Santo trae a nuestras vidas el mismo poder que levanto a Jesús de los muertos (Romanos 8; 11)
Aquellos que andan en el Espíritu tienen la vida en Cristo (Romanos 8; 2)
El Espíritu produce un nuevo nacimiento (Juan 3; 5) y dara nueva vida (2 corintios 3; 6). Así que la resurrección de Jesucristo se hace eficaz para darnos vida nueva cuando recibimos el Espíritu Santo.

Publicado por: Enrique Botello del libro “El Nuevo Nacimiento”David K.BERNARD

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