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lunes, 13 de agosto de 2012

Lo que Dios Dice.


En el mundo en que vivimos, tenemos que atrevernos a expresarnos como cristianos que somos. El mundo no está pendiente si nos ofende o no con su conducta, pero algunos cristianos sí están demasiado pendientes de que nadie se ofenda si ponen música cristiana, o si oran antes de comer en un restaurante.
El Cristo al que le servimos ofendió a mucha gente. En una ocasión le dio coraje, y cogió un látigo y viró las mesas. Le decía a dos o tres: Hipócrita; eres un sepulcro, por fuera estás bien, y por dentro estás podrido; eres una serpiente. No todo el mundo lo amaba, lo trataron de apedrear, y terminaron matándolo.
Nadie puede detener tu expresión pública de que eres un hijo de Dios, y el mundo entero debería saber que tú renunciaste a la nueva vida y perteneces a un nuevo grupo.  
Jesús dijo a sus discípulos que fueran a las naciones a hacer discípulos, bautizándolos, y enseñándoles a guardar sus mandamientos. El mensaje de la iglesia no termina en el mensaje de redención, sino que tiene que seguirle un mensaje de transformación.
Dios crea al hombre, a su imagen y semejanza, con el propósito de que tenga dominio. Cuando el hombre peca, se tiene que activar, ya no el plan de dominio, sino el plan de redención, completado por Cristo cuando muere en la cruz del Calvario, y resucita, reactivando así el plan original de dominio. Por eso Cristo dice a sus discípulos que toda la potestad le fue dada.
Tenemos que predicar salvación para que la gente sepa lo que Dios ya hizo por ellos en la cruz del Calvario, pero después de ahí es que comienza nuestro trabajo, ahora hay que enseñarles a que guarden los mandamientos.
El problema es que pensamos que las enseñanzas bíblicas no son prácticas. El mundo ha proyectado la biblia como un libro que está fuera de moda, porque hay ciertas cosas que no entienden dentro del contexto. Pero todas las cosas que el mundo necesita hoy, están en la palabra del Señor.
A veces es más fácil solucionar situaciones con cosas externas, en vez de hacerlo con cambios internos. Es más fácil repartir profilácticos, que enseñar abstinencia. El mundo busca soluciones externas, cuando el problema es adentro.
El problema es que pensamos que las enseñanzas de la biblia son obsoletas, que son irrelevantes. La gente quiere usar el Antiguo Testamento para justificar esto, pero las cosas que están en el Antiguo Testamento son relevantes para el día de hoy.
Las leyes que aprendemos a través de la palabra del Señor son leyes de vida.
En Tito 2:11 se nos dice que la gracia se manifiesta para salvación, para que renunciemos a las cosas del mundo, y vivamos sobria, justa y piadosamente. Cuando eres enseñado en la palabra, lo que se te enseña es a vivir de esta manera, bajo el carácter divino.
El problema que tenemos en la iglesia son los extremos. Hay gente que condena a cristianos por no hablar en lenguas, pero es preferible un cristiano que no hable en lenguas, pero que sí manifieste el fruto del espíritu. ¿De qué sirve un cristiano que hable lenguas y que sea un amargado, con odio? El fruto del espíritu es paciencia, mansedumbre, y eso hay que enseñarlo, porque no se nace siendo paciente.
No podemos enseñar a otros a hablar en lenguas, pero sí podemos enseñar a tener paciencia. Lo que pasa es que para muchos este tipo de enseñanza es demasiado elemental. Sin embargo, hay situaciones en tu familia que no se van a resolver con oración, porque no son problemas de oración, sino que son problemas de actitud. Hay que interceder, hay que orar, pero la intercesión no cambia los problemas de actitud.
La palabra dice que tenemos que enseñar a renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos. ¿Por qué? Porque el mundo ha enseñado lo contrario. A la iglesia le corresponde enseñar lo que Dios dice.

Escrito por Pastor Otoniel Font el lunes, 13 de agosto del 2012.
Jesucristo te ama y nosotros también Expandiendo La Palabra   מריחה את המילה.  

viernes, 20 de julio de 2012

¡Rueda!


En Ezequiel 10, el profeta nos describe una visión divina. Dice que debajo de cuatro querubines, había cuatro ruedas, y que a estas ruedas se les gritaba: ¡Rueda!
El profeta está viendo una visión. Está viendo los querubines, y él ve que toda la obra de Dios es una rueda dentro de otra. Y cuando se les grita: ¡Rueda! Una se mueve, y las demás se acomodaban, unas para un lado, y otras para otro.
Las circunstancias no son otra cosa que el círculo de situaciones que te rodea. Lo que nosotros no logramos ver es cómo esa rueda de circunstancias va a funcionar para nuestro bien, porque no somos capaces de ver una rueda dentro de otra rueda.
En el libro de Habacuc, el profeta lo que estaba viendo era a los babilonios, y a los caldeos, oprimiendo al pueblo de Israel, pero Dios le estaba diciendo en otras palabras que él estaba moviendo una rueda dentro de otra rueda. Cuando esa gente se moviera, el plan de Dios se movería.
Cuando te despidieron de tu trabajo, se activó una rueda. Lo que pasa es que tú estás mirando la rueda de las circunstancias, y no estás mirando la rueda de lo que Dios está haciendo en tu vida en medio de esa rueda de circunstancias.
Que rueden los problemas, que rueden las dificultades, que ruede lo que tenga que rodar, porque mientras rueda, Dios se encarga de hacer una obra dentro de la obra. Eso es lo que tenemos que ver.
Pídele al Señor que te muestre la rueda dentro de la rueda, que te muestre lo que él está haciendo.
Dice la palabra que mientras más oprimían al pueblo de Israel, más se multiplicaban. El pueblo debía haberse fijado en la multiplicación, y no en la opresión. Si el pueblo de Israel llegó a ser más, pudo haber derrotado a Egipto. Pero Dios los tuvo que sacar.
Dios no necesariamente multiplicó al pueblo de Israel para sacarlos de allí, sino para que se quedaran con Egipto. Lo que pasa es que el pueblo de Israel nunca vio la rueda dentro de la rueda.
El pueblo de Israel debió haber visto lo que vio Egipto. Los egipcios se dieron cuenta de que el pueblo de Israel se estaba multiplicando, y temían que se rebelaran contra ellos. Y eso es lo que Dios quería: una rueda dentro de otra rueda.
No tengas miedo a que la rueda ruede. Pídele al Señor que te deje ver lo que él está haciendo dentro de la rueda.
Cuando tenías mucho, no sabías administrar. En medio de la crisis económica has aprendido a estirar el dinero. Y como en lo poco eres fiel, Dios te va a poner en lo mucho. No lo veas como que Dios te está oprimiendo, velo como que Dios te está enseñando a administrar correctamente. No es más que una preparación para las cosas que Dios te va a dar.
Si pierdes el trabajo, grítale a esa rueda: ¡Rueda! Si se pierde la casa… ¡Rueda! Si te dejan… ¡Rueda! Porque dentro de esas circunstancias hay algo que Dios está haciendo, y tú fe te va a mostrar que en medio de la opresión Dios está levantando a un pueblo fuerte.
Lo que Dios está haciendo es más grande. 
Tomado de la pág. Otoniel Font.com
Publicó: Enrique Botello. Expandiendo La Palabra   מריחה את המילה                  Recuerda Jesucristo te ama. Y nosotros también.

miércoles, 18 de julio de 2012

¿Dónde Está tu Tesoro?


El enemigo quiso cambiar la identidad del pueblo de Israel como hijos de Dios. Dios tiene que levantar a Ciro, quien cumple la profecía que se había dado de que el pueblo de Israel estaría esclavizado en Babilonia por setenta años, y de que Dios tornaría aquello.
Cuando miramos la historia de la cautividad babilónica, más que una cautividad física, era una cautividad mental, era una cautividad de pensamiento, era una crisis de identidad.
A Daniel quisieron cambiarle el nombre, quisieron que hablara otro lenguaje, querían que comiera otra comida; porque si le cambias el nombre, el lenguaje, y la comida a una persona, la cambiaste para siempre.
Nabucodonosor escogió los príncipes, los más inteligentes, y los castró, para que no se reprodujeran. Les cambió el nombre, les cambió el lenguaje, y les cambió la comida. Daniel no permitió eso. Otros cedieron a la cultura, cedieron a la moda, y quisieron vivir más fácil, pero a Daniel no le importó que lo tiraran al foso de los leones; él sabía que de ahí Dios lo iba a sacar, y que el sueño que Dios había depositado en él no iba a morir.
De la misma manera que Daniel no moriría en el foso de los leones, la quiebra no acaba contigo, el divorcio no acaba contigo, ese problema no acaba contigo.
Ciro dio la orden de que el templo se reconstruyera, porque lo primero que hizo Nabucodonosor para esclavizar al pueblo judío en Babilonia fue quitarles el deseo y la razón por la cual caminar hacia Jerusalén.
Lo primero que hizo Nabucodonosor fue sacar el tesoro, y dice la palabra que donde está tu tesoro está tu corazón. Nabucodonosor saca el tesoro, se lo lleva, y lo pone en Babilonia. Ahora no había razón por la cual peregrinar hacia Jerusalén, porque en la mente de ellos no había nada valioso allí, porque lo tenía ahora Nabucodonosor. Así que ahora no había deseo de peregrinar, de caminar, de ir a Jerusalén a adorar a Dios.
Cada vez que el pueblo iba a Jerusalén, iba para una fiesta. En aquellos tiempos no era un martirio dar una ofrenda, no era un martirio vestirse y caminar para ir a la iglesia. Y en el camino hacia Jerusalén, el pueblo recordaba lo que Dios había hecho cuando los sacó de Egipto, por ejemplo. Ese peregrinaje es el que hacía al pueblo soñar, y fue eliminado, por lo que el pueblo perdió la razón por la cual viajar a celebrar a Dios.
Lo mismo pasa hoy día. Para algunos es un martirio ir a la iglesia; vestirse, salir, el servicio es muy largo, el recogido de la ofrenda, todo se les hace pesado.
Cuando el enemigo nos logra quitar ese deseo de ir a la casa de Dios, comenzamos a dejar de soñar, y comenzamos a tener ideas erróneas, pensamientos incorrectos, que en vez de llevarnos al destino que Dios tiene para nuestras vidas, lo que hacen es detenernos en nuestro caminar, y detienen nuestro potencial.
Nada ni nadie debe hacer que tú dejes de caminar hacia la casa de Dios, porque es en ese camino que tú sueñas.
Nunca permitas que el mundo decida dónde está tu tesoro. Si el mundo ha movido tu tesoro al lugar incorrecto, Dios va a traer a un Ciro que va a decir: Devuélvanle todo lo que le pertenece, y pónganlo en la casa de Dios, para que comience el peregrinaje una vez más.
Nunca dejes de hacer el viaje a una fiesta. La fiesta no es tanto lo que importa, sino el viaje para la fiesta, porque es el viaje, el recorrido, el que te hace elevarte a un nuevo nivel. No dejes de caminar hacia el lugar de tu encuentro con Dios. Cada vez que vayas a la casa de Dios, míralo con fe, y tu boca se va a llenar de risa, tu lengua de alegría, tu vida será diferente, porque habrás salido de la cautividad.
Y cuando más frustrado estés, camina con tu familia hacia la casa de Dios, y vayan contando las cosas grandes que Dios ha hecho con ustedes para que puedan volver a soñar, sabiendo que el que lo hizo ayer, lo volverá a hacer. Tomado de la página de  Otoniel Font.com
Publicó: Enrique Botello. Expandiendo La Palabra   מריחה את המילה                  Recuerda Jesucristo te ama. Y nosotros también.

sábado, 12 de mayo de 2012

Considera lo que Jesucristo te puede dar.


Romanos 4. Versos 19 al 21. NTV.
 Y la fe de Abraham no se debilitó a pesar de que él reconocía que, por tener unos cien años de edad, su cuerpo ya estaba muy anciano para tener hijos, igual que el vientre de Sara.
Abraham siempre creyó la promesa de Dios sin vacilar. De hecho, su fe se fortaleció aún más y así le dio gloria a Dios.
Abraham estaba plenamente convencido de que Dios es poderoso para cumplir todo lo que promete.

En las Escrituras, Abraham es conocido como el padre de nuestra fe. Pero, había muchos obstáculos que vienen en  contra de la promesa de Dios en su vida. Dios le dijo que iba a ser "el padre de muchas naciones." Abraham tenía más de 90 años de edad antes de que él hubiera  visto que la promesa de Dios  comenzara llegar a su vida. Esta escritura nos dice que él no consideraba la capacidad de  su cuerpo. No pensaba  ni meditaba sobre todas las razones por las que no podía ser el padre de muchas naciones. No, él consideraba  y pensaba  en la fuerza y ​​la habilidad de Dios! Pensó en la fidelidad de Dios y se entregó a la alabanza y  le dio la gloria a Él.  La fe que Abraham ejercitó permitido que Dios se moviera  en su nombre y así poder  cumplir la promesa en su vida.

Hoy en día, ¿le  cree usted a Dios? ¿Le parece imposible lo que le pide? ¿Ha tomado mucho tiempo lo que le has pedido? ¿ por eso tiene el deseo de declinar? Tenga en cuenta a  Dios. Considere la posibilidad de su Palabra. Considere la posibilidad de su fidelidad. Al igual que Abraham, usted puede crecer fuerte en la fe.  Y así  darle la  gloria a Dios. Su fe abrirá la puerta para que Dios se mueva en tu vida, para que puedas  experimentar la victoria y avance en lo que  Él tiene reservado para usted! No dejes que la incredulidad y la desesperación te roben lo que Él ha prometido.  te lleva el mismo esfuerzo creer en El, que dudar de El. Hoy por hoy la decisión es tuya y de nadie más no dejes que el cambio te robe lo tuyo.
Mi  ORACIÓN PARA HOY
Padre Celestial, te doy  gracias por tu fidelidad y la fuerza de tu  trabajo en mi vida hoy. Yo elijo tener en cuenta su capacidad por encima de mi circunstancia. Yo elijo a confiar en ti. Elijo a recibir lo que tienes para mi y no lo que yo sólo. Pueda conseguir. Elijo trabajar bajo tus fuerzas y no las mías. Te doy alabanza, honor y gloria, ahora y siempre en el poderoso  Nombre de Jesús. Amén.
Publicó: Enrique Botello. Expandiendo La Palabra   מריחה את המילה                  Recuerda Jesucristo te ama. Y nosotros también.

jueves, 26 de abril de 2012

SOLO CREE

LUCAS 8:52. NTV. Pero, cuando Jesús oyó lo que había sucedido, le dijo a Jairo: «No tengas miedo. Sólo ten fe, y ella será sanada». En las escrituras, un hombre se acercó a Jesús y le dijo: Mi hija esta muy enferma, ella esta a punto de muerte ¿quieres venir a mi casa y orar por ella? Jesús dijo vamos, pero en el camino sucedió una y otra cosa la mas relevante fue que se le acerco una mujer con un flujo de sangre y eso motivo a tardarse en llegar con la hija de Jairo. Por lo tanto llego la noticia a El. No hay necesidad de ir ya es tarde la niña a muerto. La gente se molesta y angustia y muy pronto se desanima, pero Jesús dijo en el libro de Lucas, 8:50, no tengas miedo si solo crees la niña va a estar bien. Note la frase solo cree. Jesús fue ala casa y puso mano sobre la niña, y ella volvió ala vida. ¿Te enfrentas a una situación que parece imposible? En lo natural no ves como puedes salir bien o como superar una enfermedad o como superar una adicción, la pobreza, la amargura, la separación, o como su familia esta destrozada separada y no ve el modo de recuperarse. Jesús te esta diciendo lo que Él le dijo a Jairo. Si solo crees yo cambiare tu situación. Si crees solamente, todo saldrá a tu favor. Mi oración. Poderoso Jesús, gracias por tu mano poderosa en mi vida para tener victoria sobre cualquier situación. Gracias por hacer un camino de salida, donde no parece haberlo. Hoy elijo estar en la fe. Elijo creer sabiendo que usted esta listo, dispuesto y capaz. Para hacerme superar en la vida. En el poderoso nombre de Jesús. Amen. Publico: Enrique Botello. Recuerda Jesucristo te ama y nosotros también.