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viernes, 28 de noviembre de 2008

IMITE A LOS FIELES

Imite a los fieles
Kenneth Copeland

Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe.

– Hebreos 13:7

Aparte de la Palabra de Dios y de la oración, no hay nada que pueda ayudarle tanto como el observar e imitar a un verdadero hombre de fe. Yo me di cuenta de eso de una manera sorprendente hace muchos años cuando era estudiante en la Universidad Oral Roberts. Como copiloto del avión que transportaba al hermano Roberts y al personal a las campañas de sanidad, tuve la oportunidad de observar a Oral Roberts de cerca: iba a donde él iba, lo oía predicar y lo veía imponer las manos sobre los enfermos.

Nunca olvidaré el día que tuve la oportunidad de poner en práctica algo que había aprendido de él. Yo había estado en algunas de sus campañas pero todavía era muy novato en la vida espiritual. Se me había asignado la tarea de ayudar a las personas inválidas para que el hermano Roberts impusiera las manos sobre ellas. Era la primera vez que estaba en un salón rodeado de toda clase de enfermedades. Cuando el hermano Roberts entró, en vez de imponer él mismo las manos sobre las personas, me tomó por la manga del saco y me dijo: "Haga usted la oración e imponga las manos sobre esas personas".

Sé que debí haberme puesto pálido, pues nunca antes había orado en cuanto a cosas como esas. Quizá hubiera orado en cuanto a un dolor de cabeza o algo así, pero nada más.

La primera mujer a la que nos acercamos tenía cáncer en el estómago; pesaba menos de 80 libras; era la muerte en pintura. Me dirigí hacia ella y antes de que pudiera abrir mi boca, escuché una voz decir: "En el nombre de Jesús, toma tu lecho y anda". Al instante ella escupió ese cáncer sobre el piso. Luego saltó de ese lecho y gritó: "¡Estoy sana!", y comenzó a correr por el salón.

Esa experiencia cambió mi vida. Cuando me acerqué a la persona siguiente y levanté mis manos, podía sentir la sanidad fluir. Había visto a Jesús sanar por medio del hermano Roberts, así que, en mi mente, podía ver a Jesús sanando por medio de mí.

Usted puede hacer lo mismo. Busque a alguien que ande en más fe y poder que usted y aprenda de él. Reconozca a Jesús en ellos e imítelos. Con el tiempo, otros empezarán a ver a Jesús en usted.

LECTURA BIBLICA

2 Reyes 2

Elías llevado al cielo 1 Cuando se acercaba la hora en que el Señor se llevaría a Elías al cielo en un torbellino, Elías y Eliseo salieron de Guilgal.
2 Entonces Elías le dijo a Eliseo:
—Quédate aquí, pues el Señor me ha enviado a Betel.
Pero Eliseo le respondió:
—Tan cierto como que el Señor y tú viven, te juro que no te dejaré solo.
Así que fueron juntos a Betel.
3 Allí los miembros de la comunidad de profetas de Betel salieron a recibirlos, y le preguntaron a Eliseo:
—¿Sabes que hoy el Señor va a quitarte a tu maestro, y a dejarte sin guía?
—Lo sé muy bien; ¡cállense!
4 Elías, por su parte, volvió a decirle:
—Quédate aquí, Eliseo, pues el Señor me ha enviado a Jericó.
Pero Eliseo le repitió:
—Tan cierto como que el Señor y tú viven, te juro que no te dejaré solo.
Así que fueron juntos a Jericó.
5 También allí los miembros de la comunidad de profetas de la ciudad se acercaron a Eliseo y le preguntaron:
—¿Sabes que hoy el Señor va a quitarte a tu maestro, y a dejarte sin guía?
—Lo sé muy bien; ¡cállense!
6 Una vez más Elías le dijo:
—Quédate aquí, pues el Señor me ha enviado al Jordán.
Pero Eliseo insistió:
—Tan cierto como que el Señor y tú viven, te juro que no te dejaré solo.
Así que los dos siguieron caminando
7 y se detuvieron junto al río Jordán. Cincuenta miembros de la comunidad de profetas fueron también hasta ese lugar, pero se mantuvieron a cierta distancia, frente a ellos.
8 Elías tomó su manto y, enrollándolo, golpeó el agua. El río se partió en dos, de modo que ambos lo cruzaron en seco.
9 Al cruzar, Elías le preguntó a Eliseo:
—¿Qué quieres que haga por ti antes de que me separen de tu lado?
—Te pido que sea yo el heredero de tu espíritu por partida doble[a] —respondió Eliseo.
10 —Has pedido algo difícil —le dijo Elías—, pero si logras verme cuando me separen de tu lado, te será concedido; de lo contrario, no.
11 Iban caminando y conversando cuando, de pronto, los separó un carro de fuego con caballos de fuego, y Elías subió al cielo en medio de un torbellino.
12 Eliseo, viendo lo que pasaba, se puso a gritar: «¡Padre mío, padre mío, carro y fuerza conductora de Israel!» Pero no volvió a verlo.
Entonces agarró su ropa y la rasgó en dos.
13 Luego recogió el manto que se le había caído a Elías y, regresando a la orilla del Jordán,
14 golpeó el agua con el manto y exclamó: «¿Dónde está el Señor, el Dios de Elías?» En cuanto golpeó el agua, el río se partió en dos, y Eliseo cruzó.
15 Los profetas de Jericó, al verlo, exclamaron: «¡El espíritu de Elías se ha posado sobre Eliseo!» Entonces fueron a su encuentro y se postraron ante él, rostro en tierra.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

EL AMOR ETERNO DE DIOS

28 Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman,[e] los que han sido llamados de acuerdo con su propósito.
29 Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
30 A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los *justificó; y a los que justificó, también los glorificó.
31 ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra?
32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas?
33 ¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica.
34 ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso *resucitó, y está a la *derecha de Dios e intercede por nosotros.
35 ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia?
37 Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

Romanos 8 31;37


Quiero compartir esta hermosa escritura con ustedes, ya que anoche me preguntaba que si el Señor me dijera el día de mi cumpleaños que es lo que yo quería de regalo me puse a pensar que le pediría y la bondad del Espíritu Santo me llevo a esta escritura que en la Biblia de estudio este encabezado aparece como “El Amor Eterno de Dios”.

La Palabra de Dios nos enseña que no sabemos pedir

ROM 8; 26; Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras.
27 Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los *creyentes conforme a la voluntad de Dios.

Así que creo con todo mi corazón que El fue quien me llevo a esta escritura.

En estos tiempos es necesario conocer cada una de las promesas que Dios tiene para su pueblo, vemos que El nos respalda en cada situación que pasamos en la vida diaria pero a veces por falta de conocimiento ala escritura no sabemos como o de que promesa abrasarte, te invito a que des tiempo de leer La Palabra de Dios, así como tu cuerpo sabe lo que es la comida también tu espíritu necesita alimentarse, pero debes alimentarte con El poder de lo alto, no con filosofías del mundo no se trata de pasar el rato sino de una llenura que no deje espacio, al temor, ala duda, ala incertidumbre, ala incredulidad, al desanimo.
Recibe de parte de Jesucristo lo que El hizo por ti en la cruz del calvario.

Isaías 53; 5 Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el castigo, precio de nuestra *paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados.

Dice que somos (rom8; 37) mas que vencedores, vencedores viene del la palabra griega hupernikao De “huper sobre y por encima de” nikao “conquistar”.
La palabra describe a uno que es victorioso en grado sumo, que gana una victoria mas que ordinaria, porque esta en condiciones de triunfar en forma absoluta. Este no es un lenguaje arrogante sino de confianza. El amor de Cristo conquisto la muerte y debido a ese amor su amor somos hupernikao

Así que ya lo sabes si tienes el amor de Jesucristo tiene todo para salir en victoria no importa que problema tengas El tiene la solución

Jesús dijo Juan 16; 33 Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.

Estamos listos para enfrentar cualquier cosa estas equipado, no dejes que te roben la Bendición que viene de lo alto.

Dale para adelante para atrás ni para agarrar vuelo cree en Jesucristo y serás un hupernikao

PUBLICADO POR ENRIQUE BOTELLO

martes, 25 de noviembre de 2008

Avive el poder

Avive el poder
Kenneth Copeland


"Deseando verte, al acordarme de tus lágrimas... Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti... Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio."

– 2 Timoteo 1:4, 6,7

Habrá veces en la vida cuando usted podrá discernir lo que Dios quiere que haga, pero sentirá que no tiene los recursos en sí mismo para hacerlo, sentirá que se ha secado internamente. Pero usted sabe que la Palabra dice que "de su interior correrán ríos de agua viva" (Juan 7:38). Pero, en esos momentos, usted ni siquiera puede encontrar el riachuelo, mucho menos el río.

La Palabra de Dios nos da una orden clara en cuanto a qué hacer en tal situación; nos dice que debemos avivar el fuego del don de Dios que está en nosotros.

Lo que usted debe hacer es avivarse a sí mismo, y para hacerlo, ya tiene en su interior lo que necesita; Jesús ya lo puso ahí. Todo lo que necesitará en la vida para llevar a cabo lo que Dios le ha llamado a hacer ya ha sido puesto en su interior por el Dios Todopoderoso. La fe, el poder y el amor ya están ahí. Créalo, declárelo, dígalo.

Confiese esas cosas ahora mismo en voz alta: "En el nombre de Jesús, avivo el don que está en mí por la fe. No voy a esperar hasta sentirme avivado, sino que lo avivo por la fe. Estoy dando un paso de fe y sé que después los sentidos me seguirán. Avivo también el amor y el poder de Dios que están en mí. Me estoy avivando y estoy echando al diablo de mis asuntos.

Me estoy avivando en el Espíritu del Dios viviente. ¡ESTOY avivado!"

2 Timoteo 1
Segunda Carta aTimoteo


1 Pablo, apóstol de *Cristo Jesús por la voluntad de Dios, según la promesa de vida que tenemos en Cristo Jesús,

2 a mí querido hijo Timoteo:
Que Dios el Padre y Cristo Jesús nuestro Señor te concedan gracia, misericordia y paz.
Exhortación a la fidelidad


3 Al recordarte de día y de noche en mis oraciones, siempre doy gracias a Dios, a quien sirvo con una conciencia limpia como lo hicieron mis antepasados.

4 Y al acordarme de tus lágrimas, anhelo verte para llenarme de alegría.

5 Traigo a la memoria tu fe sincera, la cual animó primero a tu abuela Loida y a tu madre Eunice, y ahora te anima a ti. De eso estoy convencido.

6 Por eso te recomiendo que avives la llama del don de Dios que recibiste cuando te impuse las manos

7 Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio.

8 Así que no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni tampoco de mí, que por su causa soy prisionero. Al contrario, tú también, con el poder de Dios, debes soportar sufrimientos por el *evangelio.
BENDICIONES

martes, 4 de noviembre de 2008

Luche contra el verdadero enemigo

Luche contra el verdadero enemigo
Kenneth Copeland

Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne.

– 2 Corintios 10:3

¿Sabe usted por qué tantos creyentes están perdiendo en las luchas de la vida? Porque no están luchando contra el verdadero enemigo. Se les has hecho creer que si alguien les dice o les hace algo para perjudicarlos, deben considerar a esa persona como enemiga. Pero están equivocados.

La Biblia dice que no tenemos lucha contra sangre y carne. Pero como todo ser humano es de sangre y carne, eso implica que nuestros semejantes no son el origen de nuestras dificultades y luchas.

"Pero, hermano Copeland, usted no sabe lo que fulano y zutano me hicieron".
Eso no importa, porque si usted desperdicia su tiempo peleando contra fulano y zutano, su verdadero enemigo se saldrá con la suya.

¿Quién es el verdadero enemigo? Mire en Efesios 6:12: "Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes".

Satanás y los demonios serán enemigos suyos de por vida. Ellos son los culpables de toda afrenta personal que usted sufre. Las personas que lo perjudican y lo ofenden son solo instrumentos de Satanás. Cuando él quiere hacerle daño, lo hace por medio de ellas.

Recuerde que la persecución no es la expresión del odio que otros tienen hacia usted, sino la expresión del temor que Satanás tiene de usted. Cuando usted está metido de lleno en la Palabra y la esgrime como la espada del Espíritu, el diablo se llena de temor y va en busca de alguien a quien pueda enviar contra usted.

La próxima vez que alguien le ofenda, no se desvíe del camino para pelear contra esa persona, sino que ate al espíritu que está utilizando a esa persona. Olvídese de las luchas contra sangre y carne y empiece a pelear con las armas del Espíritu. Ponga su mira en Satanás con autoridad y con la Palabra de Dios, y derribe al verdadero enemigo.

Efesios 6 (Nueva Versión Internacional)

La armadura de Dios

10 Por último, fortalézcanse con el gran poder del Señor.
11 Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo.
12 Porque nuestra lucha no es contra *seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales.
13 Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el día malo puedan resistir hasta el fin con firmeza.
14 Manténganse firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad, protegidos por la coraza de justicia,
15 y calzados con la disposición de proclamar el *evangelio de la paz.
16 Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas encendidas del maligno.
17 Tomen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.
18 Oren en el Espíritu en todo momento, con peticiones y ruegos. Manténganse alerta y perseveren en oración por todos los *santos.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Un campeón con experiencia



Un campeón con experiencia

Kenneth Copeland


"Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán."
– Isaías 40:31


¿Sabía usted que la fe tiene el poder de rejuvenecer su cuerpo? Así es. Tenemos un ejemplo de eso en la vida de Sara. La mayoría de la gente no entiende todo el alcance que tuvo lo que Dios hizo en la vida de ella, lo único que sabe es que Dios le dio un hijo en la vejez.


Pero si analizamos el relato, veremos que hubo mucho más. Cuando Sara echó mano, por la fe, de la promesa Dios, la fe empezó a restaurar su cuerpo a tal punto que cuando el rey Abimelec la vio quiso tomarla por esposa. ¡Imagínese tal cosa! A los 90 años de edad, ella era tan hermosa que ese rey la quería en su harén. Y eso no es todo, después de que dio a luz a Isaac, la Biblia dice que ella lo amamantó hasta que fue destetado, y vivió hasta cuando Isaac ya era muchacho.


Ahora, yo no le estoy diciendo que usted puede tener un bebé a los 90 años como lo hizo Sara. Ella recibió una promesa especial de Dios. Pero sí le digo que si cree que Dios puede restaurar su fortaleza y salud en su vejez, Él lo hará. De hecho, el Salmo 103 dice que uno de los beneficios que vienen de Dios es la salud. Dice también que Él llenará su boca de cosas buenas para que usted sea renovado como el águila.


El deseo de Dios es que usted en su vejez sea campeón poderoso y experimentado en la Palabra y que su fortaleza sea renovada por la fe. Empiece a confesar eso hoy mismo. Llene su boca con las promesas de Dios; diga: "Alabado sea Dios, mi juventud se renueva como el águila". Y cuando su labor en la tierra llegue a su fin y usted parta para el cielo, su partida no será un simple desvanecimiento, sino que partirá de aquí cubierto de gloria, como el vencedor que Dios quiere que sea



Salmos 92 (Nueva Versión Internacional)



Salmo para cantarse en *sábado.



1 ¡Cuán bueno, Señor, es darte gracias y entonar, oh *Altísimo, salmos a tu *nombre;

2 proclamar tu gran amor por la mañana, y tu fidelidad por la noche,

3 al son del decacordio y de la lira; al son del arpa y del salterio!
4 Tú, Señor, me llenas de alegría con tus maravillas; por eso alabaré jubiloso las obras de tus manos.

5 Oh Señor, ¡cuán imponentes son tus obras, y cuán profundos tus pensamientos!

6 Los insensatos no lo saben, los *necios no lo entienden:

7 aunque broten como hierba los impíos, y florezcan todos los malhechores, para siempre serán destruidos.

8 Sólo tú, Señor, serás exaltado para siempre.
9 Ciertamente tus enemigos, Señor, ciertamente tus enemigos perecerán; ¡dispersados por todas partes serán todos los malhechores!
10 Me has dado las fuerzas de un toro; me has ungido con el mejor perfume.

11 Me has hecho ver la caída de mis adversarios y oír la derrota de mis malvados enemigos.
12 Como palmeras florecen los justos; como cedros del Líbano crecen.

13 Plantados en la casa del Señor, florecen en los atrios de nuestro Dios.

14 Aun en su vejez, darán fruto; siempre estarán vigorosos y lozanos,

15 para proclamar: «El Señor es justo; él es mi *Roca, y en él no hay injusticia.»